Alain Afflelou: “Internet es la negación del trabajo del óptico”

El bromista vendedor que penetró como un ciclón en el planeta de la óptica en España al grito de “Por un euro más, un segundo par de gafas”, cumple setenta años, mas no piensa en la retirada. Alain Afflelou ya no está en el comité de dirección de su empresa y sus franquicias de indumentaria (ademas de otras franquicias exitosas) y no participa en la administración diaria de un conjunto que en dos mil diecisiete facturó ochocientos noventa millones de euros en dieciseis mercados (ciento diecisiete en España en el último ejercicio, un tres por ciento más), mas es el encargado de la estrategia de comunicación y aporta, afirma, muchas “ideas”, sobre todo por su oficio. “En la dirección, soy el único óptico y conozco las necesidades de las personas que llevan gafas”.
Empezó en mil novecientos setenta y dos con un término que actualizó un planeta, el de las ópticas, que considera vetusto y hasta miserable, con “las lentes en cajones y los ópticos con batas”. Ahora su marca cumple cuarenta años y se vanagloria de continuar creando, mas sospecha del comercio on-line en su negocio. “Creo mucho en la complementariedad entre internet y las ópticas, en la aportación de internet para alterar el acto de adquirir gafas”, afirma, contando ventajas como la cita en línea, la comparación de modelos, la disponibilidad horaria para ese proceso. “Esos servicios son un plus, mas después, Internet es la negación del trabajo del óptico”, apunta, contando todo el trabajo que lleva hacer unas gafas: toma de medidas, de graduación, ajustes siguientes, mantenimiento… No revela las cantidades de comercio on-line, mas acepta que no son relevantes.Reclama, puesto que, la tienda, la óptica. El conjunto Afflelou cuenta con mil cuatrocientos ochenta locales y el foco de desarrollo está puesto fuera de Europa. “En un mes abrimos en Kuwait y después en 3 países del sudeste asiático: Malasia, Indonesia y Tailandia”, cuenta. Lo va a hacer con un formato que llama “shop in the shop”, una suerte de córners de la marca Afflelou en ópticas ya conocidas en la zona. En el resto del planeta, no hay planes definidos. “El objetivo no es una carrera para abrir tiendas, depende de las ocasiones que salgan”.
En España, con trescientos veinticinco locales, la idea es llegar a trescientos cincuenta en el futuro próximo, mas tampoco hay un plazo específico. Por el momento, están más centrados en la rehabilitación de locales, que se ha llevado a cabo en un número reducido de tiendas. “Es un desarrollo orgánico, procuramos concebir ópticas más grandes y atractivas”, afirma, con la meta de acrecentar su facturación. En las rehabilitadas en España, afirma, las ventas han aumentado un veinte por ciento (un cincuenta por ciento en Bélgica, explica).
Preguntado por la fusión entre Luxxotica, el mayor fabricante mundial de lentes, con marcas como Ray-Ban y Oakley, y Essilor, líder en lentes, acepta cierta “fragilidad”, en el sentido de que se ve forzado a adquirir monturas de las marcas del gigante por demanda del público. “Si deseamos resguardarnos, debemos tener nuestra marca, y la tenemos. La mitad de nuestras ventas de lentes (monturas) son de nuestra marca”, asevera, y apunta a la innovación para sortear ese riesgo: “De nuestro último lanzamiento, las Smart Tonic (una montura graduada a la que se acopla con imanes un suplemento que las transforma en lentes de sol) hemos vendido el doble que Ray-Bans”.
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